No dejaba de llover en París y la distancia entre mi boca y la tuya cada vez era menor. De pronto encontré placer en sumergirme en el azul de tus pupilas, en tomar tus brazos para estrechar aún más mi cintura y en que tatúes sobre mi piel, sobre mi cuello, el tiempo que se nos escapaba cuando yacíamos rendidos sobre la cama.
Tenía miedo y a veces te veía dormir para convencerme de que eras real, de que llegaste a mí en el momento perfecto para enseñarme que todo es temporal, que todo sana, que todo pasa. Reír contigo, reír a tu lado, simplemente reír. La inmensidad contenida en las palmas de tus manos que jugaban con mis costillas. El mundo entero deshaciéndose lentamente mientras me clavas un último beso en aquel rinconcito donde yacen acumuladas las cicatrices de mi pasado. Me cuidas, me tomas, me proteges, debatiendo mi negativa y mi "autosuficiencia ", mecanismo de defensa para ocultar toda vulnerabilidad, para no volver a morir en el intento. Este no es un intento, esto es tomar el riesgo por completo. Y me arriesgo, te arriesgas. Tan poca lógica en tanta racionalidad, tanta racionalidad en tan poca lógica. No importa. Que no importe. Te quiero hoy conmigo.
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Lógica
jueves, 10 de septiembre de 2015
Animal
Aquel punto final se prolongó y cada segundo se desvaneció para dejarse morir sobre mis piernas. Las cicatrices que me dejó aquella historia se resistían a camuflarse y de vez en cuando era posible sentir un poco de dolor presionando mi pecho, estrechando mi corazón. No podía comprenderlo, tus mentiras (¿tus verdades?) no dejaban de torturarme. Cuánto cinismo, cuánta frialdad. No supe jugar de la misma forma, estuve desarmada, sólo quise confiar. Madrugadas sonámbulas, aire y tabaco, respiro una ciudad desconocida para perderme con la esperanza de quizás encontrarte en algún rincón, en algún cuerpo, en alguna lengua extraña. Maldito seas. Maldito seas. Tanta mierda, tanto amor, tanta traición. ¿Qué diablos quisiste de mí en todo este tiempo? Me arrebataste todo. Me desnudaste y dejaste que el frío consumiera mi energía, que destruyera mis huesos. Me destruiste con tus propias manos, haciéndome creer que nada era lo que parecía, que la unica respuesta en este mundo era el amor.
Tú no sabes amar. Tú no tienes corazón. Tú no sabes lo que es el amor.
El amor no destruye, el amor no juega así, el amor no consume, el amor no promete para luego traicionar. Tú no eres amor. Eres mierda.