Las
yemas de mis dedos que queman y que se aferran a tu lunar (a ese lunar rojo que
marca horizontes, que define amaneceres y dibuja puestas de sol para dos), se
deslizan de a pocos, con sutileza, hasta alcanzar la curva de tu espalda donde
parece aclararse todo: mi libertad, tus temores, las preguntas que aún no nos
atrevemos a formular ni responder.
El
tiempo y el ritmo. El ritmo que acompaña tus respiros que son vida, que son
alma, que simplemente son arte. El tiempo que a veces se nos presenta como un
aliado, como testigo fiel y justo de la dinámica que emprenden nuestros cuerpos
desnudos para fusionarse en uno solo, para absorberse por un instante. El
tiempo que en otras ocasiones nos traiciona, que nos da la espalda y juega a
ser enemigo, el peor de todos e incluso el único, aquel que marca fúnebres
finales y aplasta esperanzas, quiebra posibilidades y niega realidades
paralelas.
Vuelo,
me elevo sobre tu cabello desordenado, sobre tus ojos cansados color caoba y
respiro tu infinito aroma a mundo. Vuelo, me tocas, vuelo. Me elevo, no tengo
miedo de caer y si caigo mi alma espera que sea sobre tu cuerpo, espera rozarlo
nuevamente, espera aferrarse a él.
Vuelo para observarte por completo, para fotografiar tu anatomía, para grabarte en mi mente, para guardarte en mis pupilas. Vuelo para regresar y posarme sobre tu ombligo, para dibujar nuevos caminos al unir tus lunares, para resbalarme sobre la curva de tus rodillas y nadar sin prisa en tu saliva.
Vuelo para observarte por completo, para fotografiar tu anatomía, para grabarte en mi mente, para guardarte en mis pupilas. Vuelo para regresar y posarme sobre tu ombligo, para dibujar nuevos caminos al unir tus lunares, para resbalarme sobre la curva de tus rodillas y nadar sin prisa en tu saliva.
Te
miro, me alejo, me acerco, me aferro. Múltiples sensaciones, indefinibles,
incomprensibles. Placer, delirio, ilegalidad. Adorarte no es pecado, adorarte
es fluidez, energía, vibración pura. Adorarte tiene sentido, lógica, razón.
Adorarte sin noción de reciprocidad, sin esperar nada a cambio, así de simple,
adorarte porque sí.
Quiero.
Te quiero. Quiero treparme sobre tu pecho, enroscar mis piernas a tu cintura,
que tomes la mía con tus manos, que tatúes las marcas de tus uñas sobre ella,
que me beses sin miedo, por necesidad.
Quiero que me necesites, que sepas quien soy, que me digas quien soy, que me lo digas en silencio, que me lo digas mientras hacemos el amor, que una vez más me tomes, que no me sueltes nunca, que me permitas sumergirme en cada una de las fantasías que aún no confiesas, que me desnudes por completo y sin pena, sin vergüenza, sin consideración.
Desnúdame, desnúdate, permíteme verte por completo, permítete verme por completo.
Quiero que me necesites, que sepas quien soy, que me digas quien soy, que me lo digas en silencio, que me lo digas mientras hacemos el amor, que una vez más me tomes, que no me sueltes nunca, que me permitas sumergirme en cada una de las fantasías que aún no confiesas, que me desnudes por completo y sin pena, sin vergüenza, sin consideración.
Desnúdame, desnúdate, permíteme verte por completo, permítete verme por completo.
Y
hazlo… hazlo despacio como retando al tiempo, como enfrentando la dinámica
acelerada que sigue el mundo.
Muérdeme, devórame, desátame, tómame. Una vez más, permíteme volar, elevarme desde tu cuerpo, sé ese impulso que me haga llegar a universos desconocidos, descifrar enigmas insospechados, perderme en la metafísica de tu alma.
Muérdeme, devórame, desátame, tómame. Una vez más, permíteme volar, elevarme desde tu cuerpo, sé ese impulso que me haga llegar a universos desconocidos, descifrar enigmas insospechados, perderme en la metafísica de tu alma.
Estoy
divagando… la mezcla, la fusión de sensaciones resulta embriagante y adictiva.
Estoy divagando… y el deseo de traspasar tu piel, de ocultarme en algún rincón
desconocido de tu anatomía me invade.
Tengo ganas de transgredirlo todo, de transgredirte.Tengo ganas de quebrar las leyes del espacio y el tiempo, de redefinir los términos del juego, de este juego en donde no logro comprender cuál es mi papel, que aún no sé jugar.
Tengo ganas de transgredirlo todo, de transgredirte.Tengo ganas de quebrar las leyes del espacio y el tiempo, de redefinir los términos del juego, de este juego en donde no logro comprender cuál es mi papel, que aún no sé jugar.
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